Los viejos trastos siempre podrán recobrar vida si antes de tirarte a la tienda piensas en lo que ya tienes y como lo puedes modificar para conseguir aquello que necesitas.
Os presento un caso con la que fué puerta de entrada de la casa cuando la compramos.
Era una puerta con muchos años, de cuarterones, de castaño, en buen estado pero difícil de adaptar a las nuevas necesidades de cualquier puerta hoy día.
Ha estado guardada en el almacén 18 años esperando su oportunidad que imaginaba se daría en cualquier momento. No se me ocurrió antes porque había otras prioridades. Pero si sabía que necesitaba un estante perchero en la entrada para la ropa de abrigo y calzado de temporada (de calle o zapatillas).
Previsualicé el resultado viéndola de frente, me puse a la obra, y aquí la tenéis:
…Y una caseta para Neska
Quedaron unos restos, descartados por las medidas, pero dándoles una vuelta surgió un uso final: una caseta para nuestra gata Neska:
Aún quedaron unos cachitos que como son de castaño viejo no se pueden tirar. Quizás vayan a la barbacoa, o a la chimenea, o a otro objeto en el que necesito un cachito de esas medidas.
Tenemos más de lo que pensamos. Actuando así es como hacemos sostenible nuestro paso por el planeta
